martes, 10 de noviembre de 2009

10 Reglas de Oro (animalia)

Estas son 10 reglas básicas destinadas a evitar sorpresas desagradables cuando uno compra su primer cachorro. Quizás puedan parecer un poco duras, pero su observación nos permitirá afrontar esta decisión con unas ciertas garantías de éxito.



01.- Los gatitos deben tener una edad mínima de 12 semanas antes de separarlos de la madre. La etapa de socialización de un cachorro es muy importante en la formación de su carácter. Los gatitos destetados excesivamente pronto tienen tendencia a desarrollar problemas psíquicos, a la vez que tardan mas en aprender las reglas de higiene

02.- Los gatitos que gozan de buena salud tienen un pelo brillante y sedoso, los ojos claros y límpidos, sin restos de legañas, y la trufa (nariz) seca y fresca.

03.- Las orejas, especialmente su parte interna, deben estar perfectamente limpias y sin rastro de malos olores. Un animal que se sacude continuamente la cabeza o se rasca sin parar presenta frecuentemente parásitos.

04.- Las mucosas de la boca deben ser de color rosa o rosa coral.

05.- El pelo debe estar uniformemente repartido, sin partes calvas. Como precaución, en los gatos de pelo largo peinar a contrapelo.

06.- El cuerpo de un cachorro es fuerte, pero no duro. Un cuerpo flácido o rígido, o un vientre hinchado, son a menudo síntomas de enfermedades.

07.- Los cachorros deben de haber sido vacunados 2 veces, y desparasitados.

08.- Un cachorro sano y bien cuidado tendrá la zona anal absolutamente limpia, sin incrustaciones. Los restos de diarreas son generalmente visibles en forma de incrustaciones en el pelo.

09.- Los cachorros con buena salud están alertas, y son vivos y curiosos. Desconfiar de cachorritos miedosos o apáticos que se esconden en un rincón de la caja con miedo.

10.- No comprar nunca un cachorro por "piedad". Tampoco hay que comprar en una tienda, ni en la sección "animales" de un gran almacén.




No hay que olvidar nunca que, como en el caso de los humanos, también los gatitos tienen problemas con los "malos recuerdos" de su infancia. Estos problemas no se borran nunca del todo, y son muchas veces la base de comportamientos temerosos o recelosos de mas de un gato adulto.

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